Historia: Siglo XVIII-XIX

En el siglo XVIII, la capilla albergó la vida de la cofradía hasta la concesión de la propiedad del templo por parte del Estado a finales del siglo XIX. En 1720, Se ejecutaron diversas obras de remodelación del conjunto de la capilla.

Durante este siglo, también se ejecuta un retablo propio para la Virgen de la Paz. Hoy en día, sólo se conserva el banco. La vida de la Cofradía siguió en aumento como lo demuestra la intervención del propio Real y Supremo Consejo de Castilla en 1789, advirtiendo del lujo, riqueza de adornos, así como destaca el elevado número de devotos, que incluso llega a provocar situaciones que puedan alterar el orden público.

El convulso siglo XIX en el terreno de la política tuvo su repercusión en el seno de las cofradías, destacando el período desamortizador que provocó incluso el fin de algunas corporaciones. Sin embargo, la vida y devoción que gozaba la cofradía consiguió que sobreviviera a las más diversas vicisitudes: ocupación francesa, práctica destrucción del templo, exclaustración y expulsión de la orden domínica, etc. A todo logra sobreponerse y sobrevivir.

En 1815, asistimos a un momento único para la historia de la corporación. Se produce la llegada de Nuestra Señora de la Paz que tallara el insigne escultor Miguel Márquez García para dotar a toda la ciudad de un nuevo modelo iconográfico de difícil superación, logrando desde el primer momento una considerable devoción por parte de los cofrades. No quedan claros los motivos del cambio de titular mariana según la documentación conservada, pero si se observa un claro ascenso en la cofradía gracias a su incorporación.

Tras este momento de éxtasis cofrade, se produce la exclaustración domínica en 1835, que supone un punto de inflexión importante para nuestra historia. Supuso la confiscación de todos sus bienes pasando al Estado, incluidas pertenencias de la propia cofradía. El inexorable paso del tiempo acentúa el mal estado del templo hasta la llegada de ilustres personajes de la Ciudad tales como Don Francisco de Paula Pareja Obregón y Rojas Narváez, Conde de la Camorra junto a Don Vicente Casasola y Stoppani, Marqués de Fuente de la Piedra, qué motivados por su profunda devoción, deciden actuar frente a una situación a todas luces ya insostenible, sobre todo, por el calamitoso estado de ruina en qué se encontraba el templo, sede de la Archicofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno.

Para ello, dirigen sus esfuerzos hacia la consecución de la cesión del templo de la Concepción que acoge la corporación debido a las dificultades que pasaba la Archicofradía para realizar con normalidad su vida cofrade debido al estado de ruina del templo. Conseguida la cesión por parte de la autoridad eclesiástica, el siguiente paso se encamina hacia conseguir la cesión por parte de la autoridad civil Los diferentes informes generados al respecto tras la desamortización reflejan un lamentable estado de conservación del templo. Situación aprovechada por la corporación para pedir su cesión, haciéndose cargo de las diferentes reformas necesarias para devolver al templo a una situación adecuada. De esta forma desde 1856 se inician las gestiones para conseguir la cesión del templo, consiguiendo un resultado positivo obteniendo su cesión por parte de la autoridad eclesiástica el 18 de febrero de 1861.

Concluidas las necesarias reformas se acometió el último paso que restaba para la cesión del templo, concediéndola Isabel II el 28 de febrero de 1866 por medio de la siguiente Real
Orden:

“…del expediente instruido a instancia de la Real Archicofradía del Dulce Nombre de Jesús, en la provincia de Málaga, solicitando que se le conceda la propiedad de la Iglesia del Convento de Santo Domingo de la misma; y Resultando que esta se halla en efecto abierta al culto público, habiendo ejecutado en ella la Archicofradía reclamante obras de mucha consideración, en las que ha gastado crecidas cantidades….

S.M. de conformidad con lo propuesto por V.I. el R. Obispo de la Diócesis, la Junta superior de ventas y la Asesoría general de este Ministerio….puede la Archicofradía reclamante hacer del Templo del que se trata el uso competente…”

Conseguido este hito, quedaba conseguir la consagración de la iglesia a la advocación de los Sagrados Titulares de la Archicofradía. Los pasos de estos ilustres cofrades se dirigen hacia esa meta. Un nuevo inconveniente se produce por la enfermedad del obispo de Málaga, Don Juan Nepomuceno Cascallana. Su débil salud le impide celebrar una ceremonia de tan larga duración que incluso la propia Archicofradía había editado un ceremonial para el seguimiento del público de la ceremonia, ante la esperada afluencia de personas que sobrepasaría con creces el aforo.

La hábil gestión del Conde de la Camorra, consigue que el Obispo de Málaga delegue sus funciones en la ceremonia al Obispo de Puerto Rico, D. Pablo Benigno de Carrión, quien por diversas circunstancias había abandonado la isla y se encontraba en la cercana localidad de Loja.

Sus gestiones culminan el 19 de enero de 1868 con la celebración de la consagración de la antigua iglesia de la Limpia Concepción de Nuestra Señora bajo la nueva y actual denominación Dulce Nombre de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Paz.

Ese día anhelado día para todos los cofrades de la corporación se tradujo en una intensa y festiva jornada que comenzó a las 8 de la mañana culminando bien entrado el mediodía. Tenemos la suerte de contar con el acta notarial, levantada por el Notario Mayor titular la ciudad de Antequera y su Arciprestazgo, D. Miguel Gómez Quintero y Gómez, donde ha quedado constancia de todo lo acaecido en tan significativa ceremonia.

La ceremonia estuvo oficiada por el Obispo de Puerto Rico, Sr. Fr. Pablo Benigno Carrión, asistido por:

  • Sr. D. Juan Núñez y Gayo, Presbítero Canónigo Dignidad de Chantre de la Santa Iglesia Catedral de Málaga.
  • Sr. D. José María Sánchez Vázquez, Presbítero Canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Málaga, Doctor en Sagrada Teología.
  • Sr. D. Cristóbal Aurioles y Montesinos, Presbítero Canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Málaga, Licenciado en Teología.
  • Sr. D. José Millán y Galán, Presbítero Beneficiado de la Santa Iglesia Catedral de Málaga, Maestro de Ceremonias.
  • Sr. D. Matías Hidalgo y Carretero, Presbítero y Arcipreste Vicario Eclesiástico de este partido.
  • Junto a multitud de sacerdotes y seglares.

Debido a la populosa respuesta del pueblo de Antequera ante tal acto, el Conde de la Camorra solicita el cambio a la corporación municipal cambiar el nombre de la cuesta que
antecede a la plaza de Santo Domingo:

“…La Calle o Cuesta que, desde lo más céntrico de la población, conduce a la Iglesia Consagrada, se ha denominado vulgarmente y es conocida como Cuesta de Santo Domingo. Ya no es este el nombre de la Iglesia, como queda dicho, y justo parece que lleve en adelante el de el Augusto título del Dulce Nombre de Jesús, como el templo. De este modo se consigna de una manera fija en el recuerdo que merece la reparación del templo verificada tan suntuosamente y sobre todo la consagración que ha tenido lugar por el Excmo. e Ilmo. Sr. Obispo de Puerto Rico, con delegación del Excmo. e Ilmo. Sr. Obispo de esta Diócesis….”.

La respuesta del Ayuntamiento ante tal petición se produce en la sesión celebrada el 6 de febrero de 1868:

“….Y el Ayuntamiento hecho cargo del piadoso y elevado objeto a que aspira el que fue dignísimo presidente de esta Corporación, Sr. Conde de la Camorra….Acordó 1º que conste de una manera permanente en este libro capitular la reedificación del templo que ahora se denominó Iglesia de Santo Domingo, obra de gran lujo que demuestra la piedad y el fervoroso sentimiento católico de las personas que la han costeado, como la solemne consagración del mismo verificado el Domingo diez y nueve de Enero del último, bajo la advocación del Sacratísimo Nombre de Jesús y de María Santísima de la Paz, para cuyo se han celebrado con gran pompa varias fiestas religiosas presididas por el Reverendo Obispo de Puerto Rico y con asistencia de este religioso vecindario. Y 2º que lo que ha sido cuesta de Santo Domingo, se nombre de aquí en adelante Cuesta de la Paz para que exista siempre en continuo recuerdo de la ceremonia de Consagración, no vista en esta Ciudad desde que arrancada del poder de los árabes, tuvo lugar en la mezquita consagrada iglesia de San Salvador.”