Noveno día de la Novena al Dulce Nombre de Jesús-Himno Final.

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NOVENA AL DULCÍSIMO NOMBRE DE JESÚS

Se puede realizar retirándonos a un lugar reservado, con una estampa, fotografía o imagen del Dulce Nombre de Jesús Nazareno o, si no fuese posible, delante de un crucifijo.

 

DÍA NOVENO

SEÑAL DE LA CRUZ
PARA TODOS LOS DÍAS

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios Nuestro.

ACTO DE CONTRICIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero; yo me arrepiento, de todo corazón, de todos y cada uno de los pecados con los que te he ofendido, porque conozco que eres digno de ser amado sobre todas las cosas, y por lo mismo me propongo seriamente enmendar mi vida y apartarme de todas las ocasiones de pecar. No permitas, Señor, que en adelante yo provoque tu ira con nuevas ofensas; concédeme unas lágrimas verdaderas y eficaces para lavar con ellas mis culpas; y si hasta aquí has usado de tu bondad con un pecador tan ingrato como yo, aplica ahora tu poder contra mi mismo pecado; destrúyelo, aniquílalo, no tanto porque es mal para mí, cuanto porque es contrario a ti; de esta suerte viviré solo por ti, para ti solo moriré y a ti siempre amaré, así en la tierra como en el cielo. Amén.

ORACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh grande Dios, que movido de tu bondad enviaste al mundo a tu mismo Hijo Unigénito para que, vestido de nuestra carne, se manifestase a los hombres nacido en un pesebre, sujeto a la ley de la circuncisión, en la cual derramó su Sangre en crédito y señal de que venía a salvar a su pueblo, granjeándose con empresa tan heroica un Nombre que es sobre todo nombre, a saber: el DULCE NOMBRE DE JESÚS, nombre eterno y admirable, concebido en la mente del Padre de las luces, y traído a la tierra para consuelo de los mortales, que gemían esclavos de la culpa de Adán. Nombre grande, en cuyo acatamiento dobla la rodilla el Cielo, la tierra y el infierno; y Nombre grande, cuyo sonido y fama hace que tiemblen las potestades de los abismos, al mismo tiempo que sirve de alegría a los justos y de gloria a los Ángeles! Te suplico, Señor, y te ruego humildemente, que me des a conocer la virtud y eficacia de tu poderoso NOMBRE DE JESÚS, para que, amándote y sirviéndote agradecido en esta vida, después te goce por una eternidad. Amén.

ORACIÓN PARTICULAR
PARA EL DÍA NOVENO

¡Oh buen Jesús, esplendor del Padre e imagen verdadera de su bondad, cuyo glorioso Nombre en el oído es dulce armonía, en la boca miel prodigiosa y en el corazón néctar celestial, como lo experimentan los que te poseen, pues los que te gustan no se sacian, los que te beben aún tienen sed y los que te aman nada apetecen sino a ti! ¡Oh Jesús dulcísimo, cuyo Nombre es la esperanza segura de las almas que por ti suspiran, a quien hallan las lágrimas de una verdadera penitencia y el clamor interior de un corazón fervoroso! Te suplico, Señor, enciendas mi alma con las llamas de tu divino amor, para que jamás me aparte de ti, jamás me alegre sino en ti, hasta llegar a ver qué cara a cara en tu santo Reino. Amén.
Más líbranos, Señor, del mal que, en forma de epidemia nos aflige y angustia, para que, invocando tu Santísimo Nombre y por tu inmenso Poder, quedemos libres y salvos de toda enfermedad. Pues, como proclaman las Sagrada Escrituras, no hay otro Nombre bajo el cielo, dado a los hombres, por el que podamos ser salvos.
Seguidamente, puede añadir cada cual aquella gracia, consuelo o alivio que precise, y, para obtenerlo, se rezarán tres Padres Nuestros gloriados.

ORACIÓN FINAL
PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh amabilísimo y dulcísimo Jesús, por cuyo nombre eficacísimo nos concede el Padre celestial todos aquellos bienes espirituales y corporales que necesitamos, mostrándonos su misericordia aun cuando nos afligen las enfermedades, el hambre, la peste, las guerras, las persecuciones, las inquietudes, los trabajos, desasosiegos, pobreza y demás consecuencias del pecado, los cuales se aplacan cuando se le pide con viva fe y esperanza! Te suplico, Señor, inclines hacia mí tu bondad, propicio y afable, y me concedas por la gloria de tu Santísimo Nombre Jesús, en primer lugar una grande y verdadera contrición de mis pecados y, después, si fuera de tu agrado, la gracia y favor que te pide mi corazón, para honra y gloria tuya, que con el Padre y el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO AL DULCÍSIMO NOMBRE DE JESÚS

Al DULCE NOMBRE DE JESÚS bendito,
que de Satán los ámbitos aterra
el alma se remonta al infinito
desde los tristes valles de la tierra.

Consuelo en la aflicción, su Nombre Santo
cuando el mortal estático lo invoca,
seca en sus ojos el amargo llanto
y vierte las sonrisas en su boca.

Expresión del placer, que el alma siente,
al abrazarse en místicos amores,
es a los sentimientos del creyente
lo que el rayo del sol es a las flores.

Escudo en los combates mundanales
contra el error, que anubla la conciencia,
de rudas asechanzas infernales
defiende la verdad y la inocencia.

Foco condensador de viva lumbre,
de puro germen, inmortal, fecundo,
ha fundido del Gólgota en la cumbre
el mundo antiguo con el nuevo mundo.

Iris de paz y sol de la esperanza,
es el emblema eterno del consuelo,
es la aurora, que vierte en lontananza
rayos de luz en el dintel del cielo.

Es, en fin, de JESÚS el DULCE NOMBRE
el canto arrobador de la victoria;
porque siempre con Él consigue el hombre
abrir la brecha y asaltar la gloria.

Al DULCE NOMBRE DE JESÚS bendito
que de Satán los ámbitos aterra,
el alma se remonta al infinito
desde los triste valles de la tierra.

TRINIDAD DE ROJAS.