Paso del Cristo de la Buena Muerte y de la Paz

1560

El primitivo paso del Cristo de la Buena Muerte y de la Paz compuesto por una canastilla de madera con predominio de la policromía sobre las formas doradas, destacando una gama cromática en tonos rojos. Sobre esta, se elevaba una peana, también compuesta por sencillas molduras de madera policromada en el mismo color antes indicado. En cuanto a la ornamentación, destacaban el uso de motivos vegetales en madera sobredorada. En cada esquina del paso, acompañaban cuatro hachones en forma de estípite. La Cruz del Cristo presenta la misma representación iconográfico y policromía que el resto del paso, culminando con remates dorados.

Detalle del anterior paso

Este paso deja de realizar la estación de penitencia a finales de los años 80 del siglo XX. Se sustituye, paulatinamente, por el actual paso que podemos contemplar cada Viernes Santo. Este paso está compuesto por canastilla de madera dorada de finales del s. XX, manteniendo los hachones en forma de estípites del S. XVIII, procedentes del anterior paso. Entre el exorno que suele acompañara al paso, cabe destacar el monte vegetal sobre, cuyo centro, se ubica la imagen del Cristo. A sus pies, se sitúa una calavera simbolizando la antigua tradición judeocristiana que suponía que en el monte Gólgota era donde estaba enterrado Adán, hombre por el que entró el pecado y la muerte en el mundo. Por ello, allí donde yacían los restos mortales del primer hombre pecador, se izó la Cruz en la que Jesucristo muere para redimirnos del pecado original y rescatarnos de la muerte. Por tanto, simboliza el triunfo de la Cruz sobre el pecado y la muerte, aludiendo claramente a la Resurrección de Cristo.

Detalle de la calavera a los pies de la cruz
A.H.M.A. Fondo Fotográfico. Archivo Francisco Durán. Año 1980.

Del anterior paso, se mantienen los cuatro hachones que, en forma de estípite, se ubican en cada una de las cuatro esquinas que delimitan el paso, manteniendo la tradicional iluminación que ha acompañado siempre a la imagen del Cristo de la Buena Muerte y de la Paz, como una de sus características esenciales, dotando de una luminosidad que resalta la imponente imagen como eje central del paso, unido a sus grandes dimensiones, proporcionan una óptica que converge en el centro del paso, donde se ubica nuestro Titular.

Actual paso del Cristo de la Buena Muerte y de la Paz
Estipite del paso

En cuanto al Cristo de la Buena Muerte y de la Paz, obra de Diego de Vega, realizado en 1582, cabe señalar las potencias del Cristo de la Buena y de la Paz, realizadas en plata de ley sobredora, de 16 centímetros de altura por 17 centímetros de anchura. En el núcleo que vertebra la pieza se encuentra el monograma de Jesucristo Salvador, rodeado de una orla decorada con motivos vegetales, de la que parten numerosos rayos biselados que se alternan en flameados y rectos. Junto a ello, también destaca su paño de pureza, muy limitado, característico de las obras de finales del siglo XVI. Sujeto por un cordón, que roza directamente su cadera derecha, dejando al descubierto parte de esa zona.

 

Detalle del rostro y potencias de nuestro Titular

Cabe indicar que en la actualidad se está acometiendo una adaptación del anterior paso del Dulce Nombre para adaptarlo como nuevo paso del Cristo de la Buena Muerte y de la Paz. Una obra que podremos contemplar, Dios mediante, en la próxima estación de penitencia.

A continuación, puede visualizar un repertorio fotográfico sobre el paso del Cristo de la Buena Muerte y de la Paz.

 

Revista Pregón 1996. Foto Guerrero. Paso del Cristo de la Buena Muerte y de la Paz ante el antiguo Hospital de Antequera
Detalle del paso por San Sebastián
Detalle del paso frente a la Patrona de la ciudad

 

Detalle del paso
Vista lateral del paso
Parte trasera del paso