Hace unos años, en los días previos a la Real Feria de Antequera, tenía lugar una celebración que marcaba su inicio: la tradicional ofrenda floral a Nuestra Señora de la Paz. Una tradición, por desgracia hoy desaparecida.
De esta forma aparece narrada en la edición de El Sol de Antequera de 13 de agosto de 1983 “…la directiva de la Cofradía de Abajo organiza un año más actos para honrar a Nuestra Señora de la Paz. Habrá concentración de oferentes en plaza San Sebastián. Subida por la Cuesta de la Paz hasta la Basílica. Con ofrenda floral, misa rociera y después desfile hasta la Caseta de la Airosa…”[1]
Un acto que se repetía anualmente, anunciando la llegada de la feria, contando con bastante participación como lo indica El Sol de Antequera, en su edición de 31 de agosto de 1985 “…en la tarde del 17 de agosto no se cabía literalmente en la plaza de San Sebastián. La Cofradía de Abajo tuvo la buena idea de institucionalizar esa tarde víspera de la feria un homenaje a la Virgen de la Paz…Con ofrenda floral y salve. Cientos de mujeres antequeranas vistiendo el traje de faralaes en unos casos y en otros el típico traje antequerano portando miles de flores acudieron a los pies de la Virgen, radiante desde su camarín… Salve rociera y cantos festeros, y luego recorrido desde la Basílica hasta la Caseta la Airosa….ocupaba entera la calle Estepa con carretas, carrozas, coches de caballos y mucha gente a pie, cantando y prestando una estampa de singular belleza a la calle principal de la ciudad, inundando de alegría el ambiente, anunciando a los cuatro vientos que comenzaba la feria de Antequera”. [2]
Magnífica crónica que refleja el seguimiento de este acto y su buena acogida como digno preámbulo religioso a la Feria de agosto. También se aprecia que el acto se va adecuando, modificando aspectos e incluyendo otros para honrar con más estilo y elegancia la ofrenda floral y eucaristía que se celebraba en honor de Nuestra Señora de la Paz. Así por ejemplo acuden coros de cierto renombre dentro de la provincia como el coro Rociero de los Bandoleros de Ronda que acude a la festividad en 1984.
Pasan los años y esta celebración se consolida como el inicio religioso de las fiestas lúdicas de la Feria de Antequera. Aunque también hubo momentos que no pudo celebrarse por culpa de las obras de la iglesia, aplazando este acto que daba inicio “oficioso” a la Real Feria.
Un momento importante para la Archicofradía llega en 1992 cuando se produce su retorno al templo tras la conclusión de una parte de las obras. Una vuelta añorada tras el periplo de sus Sagrados Titulares por diferentes iglesias de la ciudad. Para esta ocasión se decide plantear algo distinto “gran cantidad de devotos se congregaron en los alrededores de Santo Domingo para asistir a la ofrenda floral y misa rociera que la Cofradía le dedica a su Titular una vez que volvió a su Templo. A la entrada principal se había montado un altar donde la Virgen lucía saya y manto de colores pardos, en una singular estampa inédita en las presentaciones de la bellísima imagen. A las 20.30 horas comenzó la Eucaristía donde actuó con notorio gusto el grupo de cantores de la parroquia del Carmen. Tras la Eucaristía con vibrante plática mariana del capellán de la Cofradía se siguieron ofreciendo ramos y flores, terminado a lo cual se formó una larga fila de mujeres vestidas de gitana con algunos caballistas y algunas carrozas dirigiéndose hasta la Zona de las Casetas de esta hermandad, la Airosa, que así quedaba oficialmente inaugurada tras este preámbulo de homenaje mariano”. [3]
La celebración se va consolidando y retocando aquellos detalles que debido a la inmensa afluencia de público requiere de una mayor preparación. De esta forma, en 1995, se prepara un altar para ubicar a Nuestra Señora en la plazuela de Santo Domingo para una mejor contemplación por parte del público asistente. La crónica nos ofrece, de nuevo, una imagen de una considerable afluencia de devotos que acuden “para dar homenaje de devoción de cientos y cientos de personas… Hubo cánticos diversos en varios pasajes, tuvo lugar la ofrenda floral, con muchas mujeres y niños acercándose a la Reina de Santo Domingo, para testimoniar su veneración en forma de preciosos ramos y ramilletes de flores. Tras este acto, partió una comitiva por las calles del centro, hasta el Real de la Feria, donde está su caseta, que se inauguró.”[4]
Hoy en día, por desgracia no se ha mantenido esta tradición donde se conjugaba la parte religiosa previa a la celebración festiva, que aunaba a fieles y devotos entorno a Nuestra Señora de la Paz, expresando su devoción. Un acto que congregaba a público procedente de diferentes puntos de la Comarca, ataviado para la ocasión, acentuando el uso de trajes típicos festivos, donde tenía un acentuado protagonismo el tradicional traje antequerano de feria. Una ocasión especial que mostraba el fervor de un pueblo hacia nuestra Sagrada Titular.
Queremos agradecer a Dª Elena Melero, la colaboración y cesión de estas fotos pertenecientes a su archivo personal. Una fuente gráfica que nos revela la excelente acogida y participación de un acto que quedaba marcado en el calendario de todos los antequeranos año tras año.
[1] Archivo Histórico de Antequera (A.H.M.A.). Fondo Hemeroteca. Prensa. Prensa Local. El Sol de Antequera, edición 13 de agosto de 1983.
[2] Archivo Histórico de Antequera (A.H.M.A.). Fondo Hemeroteca. Prensa. Prensa Local. El Sol de Antequera, edición 31 de agosto de 1985
[3] Archivo Histórico de Antequera (A.H.M.A.). Fondo Hemeroteca. Prensa. Prensa Local. El Sol de Antequera, edición 14 de agosto de 1992.
[4] Archivo Histórico de Antequera (A.H.M.A.). Fondo Hemeroteca. Prensa. Prensa Local. El Sol de Antequera, edición 26 de agosto de 1995.